Recordaba su primer día de guardería, aquel día lloré yo más que él... y ahora ya está hecho todo un hombrecito como áquel que dice. Ya no lloramos ni él ni yo, y hasta yo por lo menos estaba deseosa de que empezase el colegio y le metiesen un poco en cintura, parece que se "asilvestran" durante el verano.
Hubo muchos preparativos para tenerlo todo a punto, el uniforme, gracia a Dios le sigue valiendo el del año pasado, el baby nuevo, el material, los libros... Los santos libros, menudo disparate el precio!, son carísimos, no quiero ni pensar cuando tenga que multiplicarlo por dos!!!
Y llegó el día X. Qué ilusión verle abrazar a sus compañeros y eso que a algunos los había visto días antes, y se ha pasado parte del verano con su super amigo. Pero aún y con eso, se abrazaron al encontrarse los dos con el uniforme y ya haciendo planes para quedar por la tardes y organizar meriendas conjuntas y juegos.
Al verlos tan felices y sanos no podía dejar de pensar en esos otros niños que vemos a diario en la televisión que ya no tienen nada porque una guerra absurda se lo ha arrebatado y pienso lo duro que tiene que ser para esos padres sufrir porque no les pueden dar a sus hijos la infancia feliz que merecen.
Sonríe y sueña
Olly
Cómo crecen, es verdad. Yo tengo uno en el instituto. Y no me lo creo ni yo.
ResponderEliminarBesos.