martes, noviembre 27, 2012

Se acerca la Navidad...



De nuevo por aquí... y de nuevo con sentimiento de culpa por no haber actualizado, por no haber sido capaz de buscar o encontrar un momento para el blog...
No rindo cuentas a nadie, sólo a mi misma, a veces nosotros mismos somos mucho más exigentes, estrictos y menos condescendientes que los demás.

En mi autodefensa puedo decir que estoy trabajando, un gran lujo en los tiempos que corren. Llevo ya mes y medio, y estoy muy contenta. El trabajo me gusta, he conocido a gente muy interesante, incluso alguna puede llegar a ser amiga, pero el horario me lleva loca. Estoy una semana de mañanas y otra de tarde, con lo que supone hacer encaje de bolillos con la agenda de mi santo esposo y padre de la criatura. Pero lo vamos llevando mejor de lo previsto. También es verdad que mi suegra siempre está dispuesta a quedarse con su querido nieto. Menos mal.

Todo este tiempo además, se ha venido a pasar una temporada Ale con nosotros. Ale es una señora que vivía con mi abuela y que ha criado a mi madre y a mí. Es como una tata, la quiero muchísimo, ha sido como una segunda abuela, siempre malcriándonos, y me apetecía, ahora que ya no está mi abuela, que estuviese con nosotros y disfrutase del peke.

Si a esto le sumas la limpieza de la casa, un poco de lectura, que también la tengo muy abandonada, el punto (me ha dado ahora por ahí, a ver lo que dura :-), las manualidades y seguramente algo más que se me olvida... pues eso... poco tiempo...

Y claro ese poco tiempo mal organizado... quizá el año que viene, como buen propósito lo consiga... El año que viene, 2013..., los chicos de la lotería nos animan a soñar como todos los años con esos anuncios tan ideales... yo solo tengo un sueño, que las cosas se arreglen, que salgamos de ésta, que no haya más recortes, más desahucios, más colas en el paro...

Y como despedida, un hasta luego... os dejo unas líneas del editorial de AR:

Vivimos una epidemia de tristeza que, como otras muchas, hay que combatir por todos los medios. Motivos no sobran, pero seguro que también para lo contrario. La solidaridad, la esperanza en que todo esto pasará, sentirnos útiles, ayudar a quienes ahora más lo necesitan son también instrumentos para sentirnos orgullosos y, ¿por qué no?, felices. Disfrutemos de la felicidad íntima, de los buenos ratos, de lo inmaterial.

Sonríe y Sueña
Olly